Espectáculos con Animales Marinos y Nadar con Delfines

por Tabatha

La aceptación del público a este tipo de espectáculos es generalmente positiva, ya que desconocen o cierran los ojos al sufrimiento de estos animales al ser capturados y durante su cautiverio. Por eso, queremos llamar la atención a los verdaderos problemas que presentan este tipo de espectáculos, e invitar al público a no asistir. Sabemos por experiencia que es muy tentador asistir a estos shows y ni hablar de nadar con delfines, pero no por ello debemos hacerlo. Muchas veces sentimos que es la única oportunidad que tendremos para verlos de cerca y hasta a veces la razón principal por la que queremos asistir es porque nos gustan mucho los animales. Pero debemos tomar en cuenta que aun en los acuarios más sofisticados la vida de los delfines es dura y muy alejada de lo que vivirían estando libres.  Asistir a estos espectáculos y pagar por nadar con delfines promueve el evento y los maltratos. A continuación, se enumeran una serie de razones por la que nos oponemos a los espectáculos con delfines y a tener a cualquier tipo de delfín en cautiverio:

•En libertad los delfines viven en grandes grupos, en grupos familiares muy unidos y con lazos familiares que pueden llegar a durar toda una vida. En un tanque es prácticamente imposible que vivan en un grupo familiar. 

•En libertad los delfines viajan grandes distancias diariamente, siempre están nadando, aun cuando duermen y nunca llegan a la costa o salen a tierra como los lobos marinos y focas. En los tanques, por ser tan poco profundos, los delfines pasan la mayor parte del tiempo en la superficie, lo cual les ocasiona problemas en la piel.  

•La mayoría de los delfines en cautiverio han sido capturados, ya que la cría de delfines en cautiverio no ha sido exitosa. 

•La captura de delfines es un procedimiento complicado y traumático para la presa y los demás miembros de su grupo. Muchas veces se separa a las crías de sus madres, truncando el desarrollo emocional y el aprendizaje de las mismas.

•Los delfines recién capturados presentan un alto nivel de estrés. En muchos casos, la primera reacción de los animales es nadar directamente hasta estrellarse contra las paredes de la poza, muriendo en el acto. 

•Alrededor del 50% de los animales mueren durante la captura. Otros mueren durante el traslado, inmovilizados en camillas con correas donde son sedados. Otro porcentaje indeterminado muere en los primeros días al no poder superar la depresión que les causa el cautiverio. 

•El porcentaje de muertes durante el primer año de cautiverio (período de adaptación) es mayor al 50%. 

•La poza en que se encuentran carece de todos los estímulos sensoriales de su hábitat natural. El limitado espacio los obliga a nadar en círculos, y su sistema de orientación y detección de presas se ve altamente afectado. 

•Los delfines no reconocen inicialmente los peces muertos como alimento, así que se les alimenta a la fuerza mediante un tubo que se les introduce en el estómago. 

•Los animales son sedados para tranquilizarlos durante el viaje, y en muchas ocasiones las dosis no son las adecuadas y los delfines no pueden ser reanimados. Esto es peor en los espectáculos itinerantes, donde debido a los múltiples viajes, reciben constantes dosis de sedantes, aumentando su riesgo de muerte. 

•El cloro y otros productos químicos que se añaden al agua les provoca heridas e irritaciones oculares. 

•La vida en promedio de un delfín en libertad ronda los 40 años, en cautividad no excede los 8 años. 

•Sin cuidados veterinarios, la aplicación de tratamientos con antibióticos, fungicidas, hormonas y vitaminas, apenas podrían sobrevivir pocos días por el alto estrés emocional. 

•Para tener un control sobre el animal, se utiliza un método denominado “Recompensa Positiva”, que no tiene nada que ver con el nombre. Una vez que el delfín se rinde y accede a comer pescado muerto, el entrenador le enseña que la única forma de conseguir comida es realizando las piruetas deseadas.

•Queremos creer que los delfines son felices actuando para nosotros y que están bien cuidados, pero los números de muertes y niveles de estrés que presentan nos indican otra cosa. La hermosa sonrisa de los delfines es una característica de su físico, más no representa su estado de ánimo, no nos dejemos engañar. 

Por ultimo queremos dejarles una reflexión: ¿Qué se puede aprender acerca de la verdadera naturaleza cuando obligan a los animales a presentar conductas anormales, los arrebatan de su ambiente, de su grupo, y son sometidos a tratos crueles? ¿Realmente es eso lo que queremos ver porque queremos a los animales? ¿Es realmente educativo verlos de esa manera? ¿Pueden nuestros niños aprender y valorar lo maravilloso que son los delfines viéndolos en esas condiciones?

“Desde cualquier punto de vista, la óptima manera de difundir la educación y el respeto hacia los animales marinos, es la observación directa en su ambiente natural y en libertad”

Van Waerebeek, Centro Peruano de Estudios Cetológicos.

“Ningún acuario, tanque o marina, independientemente de su tamaño puede duplicar las condiciones del mar. Y ningún delfín que lo habite puede ser descrito como normal. Por lo tanto, todas las conclusiones derivadas de observar estos animales frecuentemente llevarán a un error cuando se apliquen a los delfines en general”

Jacques-Yves Cousteau.